El subcontinente indio es desde hace muchos años uno de los destinos turísticos más preciados por los occidentales, pero casi por inercia, la mayoría de los visitantes españoles optan en su primer viaje a ir a los estados del norte. Quizás por el planteamiento de las agencias de viajes mayoristas, buscando unas infraestructuras probadas, se ha potenciado la ciudad de Nueva Delhi, el Rajasthan, el estado de Uttar Pradesh por el atractivo del Taj Mahal de Agra, y como mucho una escapada a ver los contrastes de la mítica y mística Varanasi (Benarés). Ahora bien, India tiene mucho que ver y no sólo existen los lugares antes citados, también está toda la franja del Himalaya, desde el Jammu y Kashmir al noroeste, con el maravilloso Ladakh, hasta el poco conocido estado de Arunachal Pradesh, en el extremo noreste, sin olvidar zonas de belleza excepcional como las que se encuentran en Himachal Pradesh, o en el estado de Bihar, donde encontramos los paisajes que rodean Darjeeling y pasando por Sikkim, a los pies de la inmensa montaña del Kanchenjunga. Para no hacernos pesados, baste decir que la costa este, la bañada por el golfo de Bengala, y el centro del país son también zonas que nos esperan con un montón de lugares para ver. Pero, el post de hoy es para hacer una pincelada del extremo sur, en concreto del estado de Kerala. Sí, el Sur también existe!
El estado de Kerala ocupa una estrecha franja en el extremo suroeste de la India, situado entre el mar Arábiga al oeste, el estado de Karnataka en el norte y el estado de Tamil Nadu al este, en la llamada costa Malabar. Este lugar ha sido visitado por extranjeros desde hace siglos, chinos, árabes, persas, y no precisamente para hacer turismo, el principal interés era el poder controlar el lucrativo comercio en la “ruta de las especies”, de hecho Colón quería llegar a esta parte de mundo, para él las Indias, pero quien sí se estableció fue el portugués Vasco da Gama, que fundó una fortaleza en Kochi, a finales del siglo XV. El dominio del mercado de las especies pasó con el tiempo a manos holandesas y luego a británicas. Los actuales marchantes de especies son los mapillas (hermanos), un heterogéneo grupo formado por descendientes de yemeníes y árabes, mahometanos, y los católicos siromalankara, una forma que deriva del primitivo cristianismo nestoriano; ambos grupos tienen como lengua común el malabar (malaialam).
La capital del estado es Trivandrum. El gobierno está en manos del partido comunista – marxista desde hace más de quince años. La religión mayoritaria es el cristianismo. Los puntos de entrada más convenientes a Kerala son los aeropuertos internacionales de Trivandrum y Cochin, aunque siempre se puede llegar vía Bombay o Delhi.
Desde el punto de vista del turismo los atractivos son muchos y muy diversos. Para los que les gusten los resorts de playa encontrarán tranquilidad y como no palmeras en Kovalam y Varkala. En las zonas altas, en una meseta que ronda los 1.000 metros, casi en la frontera con Tamil Nadu, encontramos Munnar y Periyar, lugares idóneos para descubrir las plantas que dan origen a cada una de las especies y paisajes dominados por el verdor de la jungla, los campos de té y las plantaciones de hevea (látex). Los visitantes ávidos de emociones ligadas a la naturaleza tienen en Periyar la ocasión de adentrarse en una gran reserva de fauna, dedicada a los tigres, pero de estos felinos hay muy pocos, menos de 35 y resulta casi imposible verlos, en cambio es más fácil contemplar elefantes salvajes, varias especies de rumiantes y multitud de aves.
Una de las atracciones que se está haciendo más popular es la de recorrer los Backwaters en una casa flotante (kettuvallam). Los Backwaters son un gran conjunto lacustre situado detrás de la línea costera, formado por lagunas salobres y de agua dulce, canales naturales y artificiales, todos alimentados por el agua fresca que baja de las tierras altas (ghats occidentales). Las casas flotantes, de magnífica estampa, son la mejor opción para adentrarse por los canales, surcando las aguas cubiertas por una alfombra verde formada por jacintos de agua. Los Backwaters de Kumarakom tienen resorts de lujo, una buena alternativa para quien encuentre los kettuvallam demasiado modestos.
Y todos los turistas tendrán al alcance el rico y variado folklore tanto el de raíz cristiana, como islámica o hindú. De todas las formas, las más conocidas son las coloridas representaciones de danza-teatro Kathakali. También en cualquier lugar el visitante puede dejarse tratar por la medicina y los masajes Ayurveda (mezcla de filosofía y ciencia curativa, con más de ocho mil años de tradición). Y la gastronomía malabar, como no podía ser de otra manera, cargada de especies, ofrece a los visitantes un buen y amplio surtido de productos y platos donde elegir.
Y Kerala sólo es una pequeña parte de esta India del Sur, un tesoro escondido, que os está esperando.
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