¡Glubs! … Esto impone. Este fue mi pensamiento cuando bajé del vehículo delante del templo Bayon.
Camboya es un destino turístico del sudeste asiático todavía poco visitado. Las turbulencias de la zona, con guerras terribles e inestabilidad política hasta finales del siglo pasado, hicieron que la llegada de viajeros fuera muy escasa. Ahora, y desde hace unos pocos años, con un panorama ya pacífico del todo, el turismo ha empezado a descubrir aquel país. La zona arqueológica de Angkor está a muy poca la distancia de la turística población de Siem Reap.
Siem Reap es la base para descubrir uno de los mejores tesoros de Asia y también es uno de los puntos de entrada a Camboya pues tiene aeropuerto internacional, resultando una alternativa para entrar país, en vez de hacerlo por la capital, Phnom Penh, además, aquí es donde están los mejores alojamientos.
Angkor en lengua jemer puede significar “ciudad sagrada” o también “ciudad capital”. El conjunto arqueológico es considerado por expertos viajeros como uno de los “top ten” mundiales. Sin grandes desplazamientos se pueden admirar las mejores construcciones que dejó el imperio jemer. De hecho, en un radio de 13 km se pueden ver los restos de la primera capital imperial, llamada Roulos, de la segunda capital que se corresponde con el palacio de Angkor Wat y algunos templos menores, y de la tercera y última capital, Angkor Thom.
En este post la intención es la de mostrar la espectacularidad del lugar y explicar de forma breve por qué Angkor es uno de los principales monumentos asiáticos. La totalidad del conjunto es Patrimonio Mundial de la Unesco. No quisiéramos saciaros de cifras de períodos y complicados nombres de reyes (lo encontraréis todo, con más o menos acierto, en la Wikipedia), pero primero habría que situar un poco el cuadro donde se enmarcaba el imperio jemer.
Buena parte de la historia del sudeste asiático, en los primeros quinientos años del primer milenio de nuestra era, hay que seguirla a través de crónicas chinas. De aquellos escritos se sabe que la cultura dominante estaba basada en las creencias del hinduismo. Uno de los países dominantes era Java (en la actual Indonesia), extendiendo su influencia sobre lo que ahora serían Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam. Todo un enjambre de pequeños reinos se repartía por dichos países. Fue en el año 802 cuando el rey Jayavarman II consiguió unificar varios estados y fundó el primer imperio jemer, construyendo la capital en Roulos (13 km al sureste de Siem Reap). En 893, el rey Yasovarman en conflicto con su hermano, incendió el palacio real de Roulos y trasladó la capital en la zona de Angkor. Una breve interrupción de la capitalidad de Angkor vino de la mano del rey Jayavarman IV (año 928), que trasladó su sede a Koh Ker, unos 100 km al norte de Angkor, después de veinte años, no se sabe por qué, volvió al emplazamiento de Angkor. La gran expansión imperial coincidió con el momento de la construcción del palacio de Angkor Wat (año 1150), bajo el reinado de Suryavarman II. El otro momento álgido del imperio fue cuando el rey Jayavarman VII, considerado el mejor constructor jemer, abrazó la doctrina budista y fundó una nueva ciudad (sólo a 1 km al norte de Angkor Wat). El declive del imperio, de nuevo abrazado al hinduismo, se inició con la derrota en manos de los tai a principios del siglo XIV. El año 1424 la actual capital de Camboya, Phnom Penh pasó a ser el centro político del país. Angkor cayó en el olvido y sus templos fueron abandonados y conquistados por la jungla.
Cuando los viajeros cruzan el foso de Angkor Wat (antiguamente lleno de cocodrilos), ya se dan cuenta de que están a punto de ver algo especial. Una estructura sustentada sobre tres terrazas en forma de pirámide contiene cinco torres, la más alta de 65 metros. La simbología del lugar es recrear el universo hindú, con la torre central representando el Kailash, la montaña sagrada del Tíbet. Angkor Wat fue el único palacio que no quedó abandonado a la voracidad de la jungla, a la caída del imperio jemer pasó a ser un templo budista y los monjes nunca lo dejaron. Uno de los tesoros del palacio-templo son los relieves, más de 2.000, destacando el de las apsaras, representaciones de bailarinas celestiales. Para percibir al máximo el conjunto es mejor visitarlo después de las dos del medio día, cuando el sol da de lleno en su fachada principal. Si se visita muy de mañana el contraluz es contraproducente.
Angkor Thom, muy cercano a Angkor Wat, fue la última ciudad real, construida durante el siglo XII. Tiene una superficie de 3 km2 y está rodeada por murallas. Son espectaculares las cuatro puertas de entrada, situadas en cada uno de los puntos cardinales; cada puerta está coronada por una especie de cono que presenta en relieve cuatro caras gigantes. En el interior de Angkor Thom se hallan dos de los elementos arquitectónicos más importantes: la terraza de los elefantes y el templo Bayon.
La terraza de los elefantes forma parte de la larga muralla que rodea Angkor Thom. La decoración de este muro es de una riqueza de detalle que no tiene igual en toda el área arqueológica.
El templo Bayon es el más enigmático. Cincuenta cuatro torres de grandes dimensiones se alzan majestuosas sobre la cabeza de los visitantes. Cada torre muestra en cada esquina la hierática cara esculpida de un personaje que podría ser el mismo rey Jayavarman VII o la representación de Bodhisattva Avalokiteshvara (prevalece la opinión de que la cara es la del monarca). La impresión que causan estas gigantescas máscaras, mirando a los cuatro puntos cardinales, es de una fuerza difícil de describir. Imaginemos cuál sería la demoledora presión que causaban a los súbditos del monarca.
El último templo que comentamos (hay más de 43, todos ellos bastante destacables) es el de Ta Prohm. Está situado 1 km al este de Angkor Thom. Fue construido en tiempos de Jayavarman VII como monasterio budista Mahayana. El santuario principal está rodeado por cinco muros y los accesos son a través de puertas que habían tenido rostros esculpidos, muy parecidos a los del templo Bayon. La peculiaridad de Ta Prohm es que se puede contemplar tal y como quedó todo Angkor tras el abandono. La jungla fue recuperando su terreno y las raíces de los grandes árboles fueron engullendo murallas y edificios. Ahora muchos de los elementos arquitectónicos, como portadas, columnas y relieves, aparecen medio enterrados bajo lianas y raíces. Las imágenes que se obtienen parecen sacadas de un artista surrealista. En algún lugar, parece talmente que de un momento a otro puede aparecer el personaje de Lara Croft (Angelina Jolie), armada hasta los dientes, saliendo por una puerta rodeada de raíces gigantescas.
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Buena información sobre la decoracion. Me ha sido util
Impresionante lugar. Angkor es simplemente uno de los sitios más espectaculares del mundo