
Cuando la mayoría de personas ya está en plenas vacaciones, otras acaban de regresar de viaje y unas cuantos más están a punto de marcha, hay un restringido número que, privilegiadas ellas, pueden tomarse la época de descanso lejos de los meses estivales. Entre estos afortunados, un reducido grupo en estos momentos está entrenándose a tope para estarse en la mejor forma física, y es que su objetivo se llama Aconcagua.
El Aconcagua, con 6.959 metros de altura (6.962 m según los últimos datos proporcionados por satélites) es la cumbre más alta de toda América y por tanto está incluida en la célebre lista de los “Seven Summits”. Se encuentra en la serranía de los Andes, en territorio de Argentina, en la provincia de Mendoza y casi fronteriza con Chile. La primera ascensión fue la de Mathias Zurbriggen (Suiza), el año 1897.
Dado que se ubica en el hemisferio sur, la mejor época para acceder al coloso es durante nuestro inverno, preferentemente entre diciembre y la primera mitad de febrero. Las inclemencias meteorológicas (vientos violentos, niebla, …) y en especial la gran altura son los dos problemas que se presenten a los andinistas.
El acceso al campo base de la ruta normal se realiza primero en vehículo desde Mendoza hasta la entrada del parque Nacional del Aconcagua, situada muy cerca de Puente del Inca, antes, pero se acostumbra a pernoctar en la estación de esquí de Penitentes. Des el punto donde se encuentran los “rangers” o “guardaparques” (2.950 m) se inicia la caminata siguiendo el valle del río Horcones hasta l campamento de Confluencia (3.990 m). Aquí es aconsejable pasar un par de noches y aprovechar la estada para acercarse a Plaza de Francia (4.000 m) donde se tiene la mejor vista de la pared sur del Aconcagua. La siguiente etapa es la que acerca hasta el campo base más conocido como Plaza de Mulas (4.230 m), pasando por espectaculares paisajes y cruzando la indescriptible Playa Ancha, un amplio valle que remonta entre los 3.600 y 3.800 m.
De las diversas rutas para alcanzar la cumbre, la más concurrida es la que se suele nombrar “normal” o ruta de la arista norte, la cual sube desde el campo base de Plaza de Mulas hasta la Plaza Canadá (5.050 m), sigue por Nido de Cóndores (5.500) donde se acostumbra a colocar el segundo campamento.
En el pequeñísimo y a menudo muy sucio refugio Berlín (5.930 m) – es mejor dormir con la tienda- es también utilizado por quienes realizan un tercer campo de altura. Después se pasa por el nuevo refugio de emergencias Elena Senin (6.000 m) instalado desde enero de 2011 en la zona llamada Cólera donde confluyen la ruta normal y la del glaciar de los Polacos, lugar donde se producían la mayoría de las víctimas al ser un punto perdedor en caso de niebla o mal tiempo. La ruta continúa por el destruido barracón del refugio Independencia (6.380 m).La ascensión sigue por la travesía del Gran Acarreo, pero para acceder a esta larga diagonal este-oeste, se debe pasar por unas grande rocas, es la emblemática Portezuela de los Vientos. Cuando se acaba el Gran Acarreo se encuentra la Cueva (6.650 m) lugar propicio para un breve descanso y recuperar fuerzas antes de afrontar la famosa y temida Canaleta. La Canaleta es una estrecha canal de piedras sueltas de bastante pendiente, si se encuentra cubierta por nieve es una suerte, pues entonces resulta fácil subirla con los crampones. Al final de la Canaleta ya encontramos la cresta o mejor dicho el Filo del Guanaco (6.850 m), cresta cimera que enlaza la cumbre norte (6.962 m) y la cumbre Sur (6.930 m), ambas cumbres quedan separadas por casi un quilómetro.
Y ya finalmente se llega a la amplia cúspide, presidida por una pequeña cruz, bien repleta de banderas y ofrendas de todo tipo. Esta ruta normal se ve asediada cada año por más de tres mil personas y a pesar de no presentar dificultades técnicas puede resultar muy complicada; la niebla súbita con las consecuentes pérdidas de ruta, un descenso de temperaturas y el temido “soroche” o mal de altura, son los factores que determinan la mayoría de los abandonos. Desde Muztag recomendamos realizar una muy buena aclimatación, primero de manera relajada yendo desde Confluencia a Plaza Francia y después subiendo a alguna de las cumbres que se hallan entrono a Plaza de Mulas. La hidratación constante –hasta a siete litros diarios de líquidos- facilita también esta aclimatación. Además, si los médicos de Plaza de Mulas entienden que un andinista no está en condiciones, pueden obligarlo a descender, y la visita al médico del campo base es obligada antes de partir hacia la cumbre.
Para quienes estéis más en forma y queráis optar por rutas con dificultad, seguro que encontraréis el terreno apropiado, desde la ya citada ruta del glaciar de los Polacos a la temida y extrema pared sur, con rutas tan extremas como la llamada la Ruleta Rusa.
MUZTAG ofrece sus servicios a todas aquellas personas que deseen subir al techo de América, por la ruta de los Polacos y sobretodo por la normal, tanto si se desea realizar de manera autónoma o guiada.